El masaje deportivo es un conjunto de técnicas de masaje cuyos objetivos son preparar los tejidos para un futuro esfuerzo, prevenir las lesiones futuras, recuperarse de las lesiones y mejorar el estado de los tejidos de los músculos después de una gran competición.
Por lo tanto esta enfocado para deportistas que se están preparando para una competición, que acaban de realizar un esfuerzo muscular intenso y aquellos con lesiones o dolencias que necesitan ser reparadas. Sin embargo, el masaje deportivo también puede utilizarse como mantenimiento, siendo una parte esencial en las rutinas de un deportista.
El masaje deportivo se puede dividir en:
1. Masaje pre-competición
Tal y como nos indica su nombre, este masaje deportivo se realiza antes de una gran competición con el objetivo de preparar los tejidos para un sobre esfuerzo de alta intensidad. Lo mejor para este tipo de masajes es realizarlo unas horas antes, con un máximo de 24 horas para que surja el máximo efecto. Gracias a él, lograremos aumentar la circulación sanguínea y la temperatura interna del músculo.
2. Masaje recuperador
En este caso, el objetivo último del masaje es recuperar los tejidos, normalmente después de haber realizado un ejercicio intenso. Gracias al masaje deportivo recuperador, lograremos drenar los desechos metabólicos, reducir el hipertono muscular y aumentaremos el aporte sanguíneo. Lo recomendable es someterse a este tipo de masaje cuanto antes mejor justo después de la sesión en cuestión.
3. Masaje de mantenimiento
Aunque no tengamos ninguna competición, es recomendable realizar masajes de mantenimiento de forma periódica para poder mantener el tono de nuestros músculos en un estado óptimo. Por otra parte, un masaje deportivo de mantenimiento también puede ser muy útil para detectar posibles futuras lesiones, mantener la elasticidad natural del tejido muscular, detectar las zonas de mialgia, etc.
DURACIÓN DE LA SESIÓN: 45 MINUTOS